Desde el 21 de este pasado marzo llevo queriendo escribir un post-homanje a mi abuelo, José Vento González, profesor, pintor, escultor... y humano. Muy humano.
Una de las sensaciones y pensamientos que más impronta ha dejado en mí es ese empoderamiento vital del ser que te empuja a apreciar aquellos detalles de la vida que a menudo pasan desapercibidos, tales como la forma que puede tomar el pétalo de una flor, todo lo que transmite una canción de Blues, la fascinación por la creación más insignificante del hombre, el simple tacto del agua o el observar como mastica un perro.
Incluso es posible que no se diera cuenta (aunque lo cierto es que yo no me había dado cuenta hasta hoy mismo), pero sus amenas y rutinarias palabras rozaban la filosofía, una filosofía de vida y de saber ser, conducida fundamentalmente por una vitalidad desbordante.
Quiero recalcar tal vitalidad y pasión por "lo humano", creo que es necesaria en la vida de toda persona, algo aplicable que nos deja en una situación entre la meditación, la investigación más curiosa y el entretenimiento más placentero.
La otra gran enseñanza, que es puro coaching, fue la frase que le había dicho su padre y que repetía contínuamente: "el 90%, casi, de hacer algo, está en empezarlo". Cuanta razón.
Me encantaría mostrar con más arte y elegancia la pasión y el esmero con que realizaba sus obras, desde el retrato más esponáteno hasta el laborioso cuadro que tardaba meses en hacer. Con esta perspectiva trabajada por los años, no dejo de apreciar cada vez más y más, el nivel de detalle, perfección y brillantez que demostraba en su obra, así como, en general cualquier trabajo que realizara, acuñando siempre su valoración hacia "el trabajo bien hecho".
Con este texto también quiero aportar mi granito al conocimiento de su figura y presencia en internet, además de anunciar tímidamente que nos hemos puesto con la labor de reeconstrucción de su página web y de la expansión de su imagen, como artista con un estilo muy único y peculiar.
Una de las sensaciones y pensamientos que más impronta ha dejado en mí es ese empoderamiento vital del ser que te empuja a apreciar aquellos detalles de la vida que a menudo pasan desapercibidos, tales como la forma que puede tomar el pétalo de una flor, todo lo que transmite una canción de Blues, la fascinación por la creación más insignificante del hombre, el simple tacto del agua o el observar como mastica un perro.
Incluso es posible que no se diera cuenta (aunque lo cierto es que yo no me había dado cuenta hasta hoy mismo), pero sus amenas y rutinarias palabras rozaban la filosofía, una filosofía de vida y de saber ser, conducida fundamentalmente por una vitalidad desbordante.
Quiero recalcar tal vitalidad y pasión por "lo humano", creo que es necesaria en la vida de toda persona, algo aplicable que nos deja en una situación entre la meditación, la investigación más curiosa y el entretenimiento más placentero.
La otra gran enseñanza, que es puro coaching, fue la frase que le había dicho su padre y que repetía contínuamente: "el 90%, casi, de hacer algo, está en empezarlo". Cuanta razón.
Me encantaría mostrar con más arte y elegancia la pasión y el esmero con que realizaba sus obras, desde el retrato más esponáteno hasta el laborioso cuadro que tardaba meses en hacer. Con esta perspectiva trabajada por los años, no dejo de apreciar cada vez más y más, el nivel de detalle, perfección y brillantez que demostraba en su obra, así como, en general cualquier trabajo que realizara, acuñando siempre su valoración hacia "el trabajo bien hecho".
Con este texto también quiero aportar mi granito al conocimiento de su figura y presencia en internet, además de anunciar tímidamente que nos hemos puesto con la labor de reeconstrucción de su página web y de la expansión de su imagen, como artista con un estilo muy único y peculiar.
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